sábado, 5 de abril de 2014

Capítulo 1: Closer

Orfanato


-Estoy harta de tener que cuidarte y que ni siquiera me mires -le digo a Iraida, mi hija adoptiva desde hace tres meses. Tiene la cabeza agachada con el pelo azul celeste tapándole los ojos, esos preciosos ojos que me miraban aquel día y que hicieron que la quisiera a ella, nadie me aviso que seria tan difícil-. Con el rollo de que eres autista todo el mundo cree que soy yo la mala, pero ¿sabes que? esto se acabo.


Iraida levanta la cabeza y me mira seria, estoy a punto de echarme a llorar pero ella se gira y se marcha hacia su habitación. Me enrabio aun más y la sigo, empiezo a quitar la ropa de su armario rosa que pensé que le gustaría y la meto en bolsas, no me molesto ni en coger una maleta. Ella empieza a mover rápidamente las manos como cada vez que algo no le gusta o sale mal, pero no me detengo y acabo poniendo toda la ropa en las bolsas.

-Vamos -digo cuando acabo. Ella coge su fotografía de cuando estaba en la playa antes de conocerme, me sigue con la cabeza gacha y camina con pasos marcados y cortos. Cogemos mi coche y la dejo sentarse atrás mirando la imagen que tiene entre sus delicadas y temblorosas manos. Pongo la radio y dejo que suene Closer de Ne-Yo.

And I just can't pull myself away, under her spell I can't break, I just can't stop... And I just can't break myself no way but I don't want to escape, I just can't stop...

Cuando acaba ese verso veo a Iraida desde el retrovisor sonreír, cuando pongo música es el único momento que la veo feliz. Me entristece tener que dejarla pero seguro que encontraran una buena familia para ella. Pronto llegamos al orfanato y vamos a la sala donde la directora esta leyendo un libro antiguo y desgastado.

-Hola Iraida amor ¿Que hacéis aquí? -pregunta la directora mirándome fijamente como si supiera lo que iba a hacer y me lo reprochara.

-Vengo a dejarla aquí, en mi casa no se puede quedar.

-Esta bien, Iraida ven aquí conmigo te buscaremos otro hogar -dice con voz resentida. Dejo las bolsas con la ropa y salgo por la puerta del antiguo y precioso edificio donde nunca más volveré a estar.

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